El 9 de abril de 1953, Juan Duarte fue encontrado muerto en su dormitorio. Estaba arrodillado ante la cama, sobre su propia sangre. En su sien derecha, un agujero negro: la marca de su alejamiento definitivo de este mundo. A su lado, un revólver calibre 38 y, sobre la mesa, una carta de despedida escrita por su propia voluntad?, dictada por sus matadores?, dirigida a su cuñado, el presidente Juan Domingo Perón. Se había realmente suicidado este marginado de provincias que ocupó el centro del poder y llegó a la Casa Rosada? Se mató por mano propia este bon vivant de pelo engominado y un bigote fino, que gozaba de la confianza del presidente de la Nación? O fue precisamente su cuñado quien había ordenado matarlo? Las dos hipótesis tuvieron sus argumentos. Acusaciones de corrupción por un oscuro, podrido "negociado de las carnes". Depresión y angustias del despoder tras la muerte de su hermana, Evita. Temores y sufrimientos por una sífilis causada por sus amoríos promiscuos y venales. En Maten a Duarte, Catalina De Elía descifra los enigmas que no respondieron ni la Justicia ni la historia argentinas. Con una investigación formidable y un inestimable material probatorioque en este libro sale a la luz por primera vez consigue dar una versión mucho más certera sobre esa muerte y, al mismo tiempo, reconstruye la vida de una de las figuras más misteriosas del peronismo.