Cada detalle, cada vivencia, cada poema, subsiste en migajas de tiempo, y todas, forman el hilo continuo donde a pesar de todo podemos existir. En "Migajas de Tiempo", cada poema es un espacio donde el tiempo es un suspiro, un aleteo de colibrí, incluso, como suele decir el poeta José Pulido, una sucesión de alientos vencidos.Pero además, desde cada poema también brota la espera como simbolo de esperanza, porque esperar, aunque se torne aburrido, es un modo de vida.
Y así fluyen los versos hasta el último día, hasta el segundo final.