La holandesa Emke de Boer sufre una grave lesión que pone en riesgo su participación en el Campeonato del Mundo de velocidad sobre hielo. Un inesperado veredicto social cuestiona su mérito y la sume en el desconcierto, empujándola a un tobogán de decisiones controvertidas. Nadie que no sepa soñar refleja la influencia de las falsas corrientes de opinión que adulteran la realidad, a menudo al servicio de espurios intereses. La historia del valiente Jehan Lhermite, cuya principal habilidad fue patinar sobre los canales helados del norte de Europa a finales del siglo XVI, inspira a la veterana atleta a no plegarse a la tiranía de la mentalidad imperante y a tomar, contracorriente, la decisión más importante de su vida.