Nadie se ríe del tiempo

La Ciudad de los Inocentes surgió de la nada, sus habitantes se encontraron celebrando y sin saber por qué, no existía un sentido general del tiempo; la inocencia estaba latente, ya que en el mundo no conocían la muerte, ignoraban que la vida humana jamás es para siempre. Cuando el conocimiento de la muerte llegó, el temor surgió, la inocencia en los pobladores murió para siempre, ya no confiaron ciegamente, naciendo en sus corazones la duda ante situaciones tan comunes y corrientes en outro tiempo. Los días normales transcurrieron, con consciencia de la muerte pero sin vehemencia, nadie tenía idea de poder o política en aquel momento, mas, del aire, una idea nació; la idea de Fiel Makarenos, que a sus diez años de edad, por gracia del Viento del Norte, se coronó a sí mismo rey de la Ciudad de los Inocentes y máximo protector en el límite del bosque de abedules.

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