Seis de cada diez jóvenes españoles quieren ingresar en la Administración Pública. La estabilidad, los horarios fijos y las pagas extras son los 'ganchos' que justifican esa elección . Todas las oposiciones tienen en común temas de Organización del Estado (Constitución Española) y temas de Derecho Administrativo. El resto del temario variará en función del tipo de plaza a la que se opte y de la comunidad autónoma que saque las plazas. Las que exigen mayor preparación, dirigidas a titulados superiores, son las que menos competencia presentan pero también las más duras de preparar, tanto por la cantidad de la materia a estudiar como por su dificultad. Los programas pueden sufrir alguna modificación de una convocatoria a otra, pero lo habitual es que el conjunto de temas no cambie, con lo que la preparación realizada sirve para sucesivas convocatorias. Los procedimientos de selección incluyen pruebas diversas: ejercicios de temas de conocimientos generales o específicos (orales, escritos o ambos), test psicotécnicos, entrevistas, pruebas para valorar conocimientos de idiomas. Al menos uno de los ejercicios de la oposición ha de ser práctico.
La estabilidad laboral, la garantía de un sueldo digno y los horarios de oficina ocupan los primeros puestos en la lista de aspiraciones vitales de millones de españoles. Para ellos, estas condiciones se asocian a un fin, calidad de vida, y a un medio, trabajar en la Administración Pública. La idea de que trabajar en la Administración Pública se basa en desempeñar una labor 'fácil y cómoda' está muy extendida. El hecho de que al 65% de los jóvenes españoles les seduzca la idea de ser funcionario no es una tendencia nueva, pero sí sorprende que este fenómeno -que se sigue analizando desde hace una década- se acentúe cada vez entre las nuevas generaciones. En una convocatoria pública en la que se ofertan 200 plazas, pueden llegar a presentarse miles de candidatos. Lo que buscan no es ninguna excentricidad: "un trabajo adecuado al nivel de formación, con un horario fijo, a tiempo completo, en su localidad de residencia y de funcionario". "En un mundo gobernado por la incertidumbre, los jóvenes valoran y aspiran a alcanzar una estabilidad, pero esto se contrapone a la típica postal de riesgo y espíritu indomable asociada a la juventud". En España, uno de cada ocho trabajadores es funcionario. Prepararse unas oposiciones a la Administración Pública es una tarea ardua y exigente para cualquiera; pero a partir de los 50 años las dificultades se multiplican. En la edad madura, de los hábitos de estudio no queda más que un vago recuerdo; es posible sentir que las ideas ya no se fijan en el cerebro tan fácilmente como antes, y altamente probable que obligaciones familiares (hijos, padres a los que cuidar) y preocupaciones económicas enturbien la necesaria concentración. Claro que también hay ventajas: la experiencia de la vida nos ayuda a enfocarnos en lo esencial, los conocimientos adquiridos a lo largo del tiempo pueden resultarnos útiles y tenemos la cabeza más ordenada.