Premio Tres Hombres

Dee ha ganado un premio inusual.

Ella será la estrella del espectáculo con tres hombres que no conoce.

El espectáculo es en un club nudista. Dee no es nudista, pero podría convertirse.

Este corto erótico tiene 3.700 palabras.

Extracto:

Sintiéndose totalmente expuesta, Dee nunca se había sentido tan aterrorizada en su vida.

Estaba desnuda, como todo el mundo en el gran salón, pero ellos eran nudistas y miembros de este exclusivo mundo secreto; ella no. Ellos tenían experiencia y sabían qué esperar, cosa que ella no.

Los ujieres la guiaron hasta el pequeño escenario situado en el centro de la sala, donde se encontraba frente a su destino, su premio.

Por qué se presentó a ese estúpido concurso?

Los tres hombres, James, Liam y Cody, permanecían erguidos y orgullosos al otro lado de la gran cama acolchada.

Los tres reyes la esperaban.

Cada hombre era el rey de su propio dominio, el líder elegido, el portavoz y el representante de su club naturista.

Mujeres y hombres guapísimos, silenciosos por la expectación, rodeaban el escenario. El público debía de ser de cien personas, si no más.

No dijeron nada, pero la observaron con fuego en los ojos.

Bajo la suave luz y la mirada penetrante de tantos ojos, Dee odiaba sentirse demasiado orgullosa de sí misma, pero estaba segura de que tenía un aspecto increíble, toda limpia y perfumada.

Liam se subió a la suave almohada que los separaba y le ofreció la mano.

Dee, siguiendo su ejemplo, hizo lo mismo y aceptó su mano.

Se pusieron frente a frente, mucho más cerca, y de la mano.

"Relájate, cariño", le susurró Liam mientras permanecían juntos. "Sé que te sientes avergonzada, pero es normal. Todo el mundo te querrá".

"No estoy segura", susurró Dee. "Pero espero que sí. Haré lo que pueda".

"No tienes que hacer nada especial", dijo Liam. "Todo lo que tienes que hacer es ser tú misma y actuar según lo que sientas".

Entonces, sin más explicaciones, Liam acortó la distancia que los separaba y besó a Dee en la boca.

Canturreó sorprendida. Por un segundo, su cuerpo le suplicó que retrocediera: estaba desnuda delante de extraños. Instintivamente, sintió que besarse no debía ser correcto cuando se estaba desnudo y a la vista de los demás.

Pero no estaba mal. Estaban allí para presenciar cómo actuaba por instinto.

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