El universo se nutre de contrapuestos. El día y la noche bailan su danza de tiempo en forma interminable, la materia densa se diluye en intangible energía, la vida culmina y abre paso a la aventura de eso que llamamos muerte, que quizás no sea más que otro espejo enfrentado, otra existencia con diversos colores, aromas y sonidosla música inasible de la poesía es el lenguaje elegido para hablar de estos opuestos que, de un momento a otro, como en un súbito e imprevisible mecanismo cuántico, se unen y se transforman en la misma cosa. Quizás siempre estuvieron amalgamados, sólo que en un determinado instante nuestra perspectiva cambió y, entonces, la realidad también se invirtió. Estos conceptos, que parecen tan obvios pero que pasan desapercibidos para la
mayoría de los seres humanos en un mundo enceguecido por la lujuria de la materia y el poder, son la sustancia que habita en lo profundo de cada pieza de este poemario.