SAHARA

Hay libros en este mundo que te arden en las manos nada más abrirlos, y no precisamente porque estén recién salidos de una 'hoguera literaria' a la que más de uno le hubiese encantado arrojarlos, sin pensárselo dos veces, ni tampoco porque hayan estado mucho tiempo expuestos al sofocante calor de un sol del verano saharaui. Quizás pudiera darse el caso que el espíritu del desierto de Sahara se haya colado entre las páginas de este libro.

Es la historia de un perro y su dueño, que se encuentran totalmente perdidos de la mano de Dios entre las arenas del desierto del Sahara argelino, sobre una duna que se va a convertir en el escenario privilegiado donde se van a desarrollar la mayor parte de los hechos acontecidos por estos dos pintorescos personajes. Hasta aquí todo parecería normal, más aún cuando se trata de un par de seres vivos que van a dejar este mundo sin más pena que gloria que la de haber nacido en los Saharas, algo nada de extrañar si tenemos en cuenta que es lo habitual en el 99,9% de los habitantes de este planeta, sean del origen que sean. Es realmente cierto ese dicho ese de que París bien vale una misa, por qué este perro y su dueño no lo valdrían también?, o dicho con otras palabras, es más importante París o un anciano refugiado en Argelia, en la solitaria compañía de su perro callejero?

Este libro contiene esta respuesta, y mucho más.

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