Tener una vida espiritual enriquecida y empoderada significaría que una persona es capaz de aceptarse a sí misma, sin importar las limitaciones que tenga. Cuando no lo aceptas y tiendes a culparte por las cosas porque eres una persona débil que tiene muy pocas capacidades, entonces debes empezar a tutelarte para olvidar esa parte.
Ten en cuenta que estás en el camino de la potenciación espiritual, si no te ayudas a ti mismo a mejorar y a aceptar las cosas como son, nadie más podrá ayudarte en ese aspecto. También es importante que recuerdes siempre los errores que has cometido en el pasado y que tomes medidas a partir de ellos en lugar de retroceder y volver al camino inverso. No olvides que los errores son los que dan forma a una persona y, a veces, pueden ser inevitables.
Uno siempre puede aprender algo de un error y, cuando lo hace, se compromete a no volver a cometer la misma acción. Sin embargo, también hay que recordar que una persona aprende y mejora. No siempre se puede decir que es inevitable cometer un error, porque puede serlo, cuando ocurre repetidamente. Cometer los mismos errores una y otra vez es una señal de que no estás haciendo nada para ayudarte a mejorar y subir un peldaño más en términos de fortalecimiento espiritual. Conviértete en tu propio entrenador: eres la única persona que puede acompañarte siempre y comprobar los errores que puedas cometer. También eres la única persona que puede hacer que no vuelvas a cometer el mismo error.