El contador de este ingenioso relato se camufla detrás de su enfermedad mental, recibiendo una poderosa influencia cósmica a través de unos mensajes que nos atañen a todos. El engranaje de la obra son escenas y diálogos de películas importantes para el autor. Como si el mismo narrador se tratara de un personaje camaleónico que cambia de apariencia según el transcurrir del texto. Terrordios discurre entre la realidad y la ficción, difuminándose en múltiples ocasiones lo terrenal y lo divino. Es una tormenta de conceptos que parecen poder desencadenar en un caos, pero que, asombrosamente, todo acaba encajando en su frenesí final