Este libro trata del poder de las historias. De pequeños nos enseñan que es bueno tener la
cabeza amueblada. Quizá con la única intención de que nos resulte más sencillo guardar
recuerdos en cajones y sentimientos en armarios. Pero en lugar de muebles, deberíamos
tener la cabeza llena de barcas. Una historia es una barca. Me gustan las barcas porque
flotan, no importa lo fuerte que sea la tormenta. Y porque te llevan. Las barcas (las
historias) nos (con)mueven.
La forma en que nos relatamos construye nuestra identidad y afecta a cómo pensamos y
cómo nos sentimos. En este libro encontrarás claves para relacionarte mejor contigo, con
las personas que te rodean y con lo que te suceda.