Bea era una niña que creía en la magia. Rim era un pequeño unicornio al que le encantaba cabalgar en libertad. La luna separaba sus mundos y el arcoíris, un buen día, los unió para siempre. Una entrañable, entretenida y fantástica historia sobre la confianza y la amistad, que nos enseña cómo, a pesar de las despedidas, el amor siempre perdura dentro de nosotros.