La fe es tanto luz como poder. Aquellos que alcanzan la verdadera fe pueden desafiar el Universo y en proporción a la fuerza de su creencia pueden ser aliviados de las presiones de los sucesos. La creencia nos conecta con nuestro Creador Majestuoso, y nuestro valor proviene del uso de nuestra creencia para demostrar el Arte Divino y manifestar los Nombres Divinos. De este modo, el deber esencial e intrínseco de nuestra existencia es buscar la perfección a través del aprendizaje y proclamar nuestra veneración y servidumbre a Dios a través de los rezos y las súplicas.