Quién está libre de haber sentido, en alguna oportunidad, la impotencia atorarse en su garganta frente a situaciones que escapaban de su control? Quién no ha sentido el peso de la soledad alguna vez? Quién no ha visto, en alguna ocasión, su mundo desmoronarse por completo? A quién jamás le flaquearon las piernas ante una traición o pérdida? Quién no sonrió alguna vez al saberse amado/a? A quién no se le cerraron los ojos al dar o recibir aquel beso? Quién no pronunció promesas eternas? La autora va desentrañando, en cada uno de sus poemas, un sinnúmero de emociones, sentimientos y reflexiones, que nos invitan a acercarnos a lo más profundo de nuestro ser. Así, nos invita a dirigir nuestra mirada hacia lo que sentimos en esos momentos de soledad, y a tener el valor de permitirnos, a nosotros mismos, experimentar el amor como un todo. Nos desafía a descubrir, en estos tiempos de redes sociales que propician las relaciones mayormente impersonales, no solo el amor romántico, de pareja, sino que también nos va guiando sutilmente a repensar y asumir el amor desde una perspectiva de apreciación y reivindicación de lo que nos rodea: pareja, familia, amigos, afectos, y todas sus manifestaciones en nuestra realidad. Es una invitación a transmutar el dolor por esperanza, el desasosiego por asombro, la tristeza por aprendizaje, y a redescubrir la Fuente Inagotable del Amor de la que todos somos parte. Quién aceptará el desafío?