En una sociedad que pretenda avanzar hacia un desarrollo socioeconómico sostenible basado en el conocimiento, el éxito económico depende, no solo de producir mucho y barato, sino de elaborar productos nuevos y mejores, que sustituyan a los anteriores. En la mayor parte de los sectores de la economía, el peso relativo de los conocimientos va aumentando, y la cantidad de conocimiento que contiene un producto o un servicio, determina su costo y su precio, más que el componente material. Este proceso se puede observar en la creación de redes de valor, o sea cadenas productivas con alto valor agregado en cada paso de la cadena, como sucede en la industria biotecnológica cubana.