Escritores inadaptados e inconformistas, angustiados y superdotados, se reúnen en un libro cuyo nexo común es la autodestrucción. Las vías para ello, diversas: voluntarias o inconscientes, definitivas o pasajeras, violentas o discretas. Con el precedente literario de Werther y el tedio vital que ejemplifica como nadie Cioran, surgen en La letra herida" aquellos que abusaron de la bebida (Fante, Bukowski, Rulfo, Pessoa) o de las drogas (Ginsberg, Kerouac, Capote, Dick, Thompson)