Y si el Camino de Santiago no fuera sino la metáfora de un muerte iniciática? Y si el tránsito por ese raíl telúrico no fuera sino un viacrucis pagano? Por qué la llamada Vía Láctea está jalonada de iconografía, leyendas y monumentos en los que está presente la muerte y la resurrección? Este libro acercará al lector, y tal vez futuro peregrino, a un Camino de Santiago diferente al que creía conocer. Tras su lectura, comprenderá el motivo por el cual la primera frase que ha leído en él decía así: «Todo cuanto creemos saber sobre el Camino de Santiago está contaminado. La Iglesia se encargó de ello. Solo a partir de esa idea se comprenderá el resto de la aventura que proponemos en este libro».